31 DE JULIO 1817 BATALLA DE MATASIETE

Acción táctica de la Guerra de Independencia, librada en Margarita por fuerzas republicanas contra las que mandaba el General Pablo Morillo. El 30 de julio de 1817 salió de Pampatar el jefe realista, a la cabeza de 2 divisiones (primera, Coronel Juan Aldama, y segunda, Brigadier José de Canterac) que sumaban 3.500 hombres, repartidos en 6 batallones (1° y 2° de Navarra, Burgos, Reina, Unión y Clarines).

El objeto de esta marcha era el de apoderarse del portachuelo del norte, el cual es un paso estrecho entre 2 altas montañas, que sirve de comunicación entre La Asunción y la Villa del Norte, localidades fortificadas y en poder de los republicanos. Marchó la columna realista hasta la casa de Cazorla, donde, mediante un movimiento de flanco, atravesó el valle y se situó en la falda del cerro de Matasiete, y desde allí, el general Morillo hizo un reconocimiento de las baterías republicanas. Simultáneo con este movimiento, Morillo había ordenado a su escuadra la ejecución de una diversión sobre los puertos de Manzanillo, Constanza y Juangriego. En esta área decidió acampar Morillo para pasar la noche, y para la seguridad de la instalación y de las tropas que ejecutaban tareas de aguada, destacó una columna de cazadores (teniente coronel Francisco Jiménez).

Al amanecer del 31 de julio, Morillo desplegó sus fuerzas en el dispositivo siguiente: la primera división en la derecha, apoyada en el río de La Asunción; la segunda división formaba la izquierda de la línea, y sus cazadores ocupaban las empalizadas y los cocales desde la huerta de Espinosa hasta la de Jerónimo Rodríguez. Desde las alturas, el Coronel Francisco Esteban Gómez observó los movimientos de Morillo para tomar el dispositivo antes descrito, y en virtud de ello ordenó al Mayor General del ejército que emboscara las 3 compañías de cazadores de los batallones General Bolívar, General Mariño y General Arismendi, desde la quinta de Hidalgo hasta el Guamal; que la caballería se colocase desde San Francisco a la casa fuerte que se halla al pie del reducto de Caranta, y que fuesen reforzadas todas las alturas. Disponían los patriotas de 2.000 efectivos y algunos cañones, emplazados en los reductos Caranta y Libertad. Poco después de las 7 a.m., comenzaron los realistas su movimiento desde el cerro, en cuya cima habían dejado un cuerpo de reserva con el General Morillo, pero este cuerpo se movió también una hora más tarde, como consecuencia de una escaramuza ejecutada por el Coronel Pablo Ruiz, con unos carabineros. A las 9 a.m., se inició el combate, con un fuego activo de ambas partes. Trataron los realistas de cargar contra los cazadores del ala derecha patriota, pero fueron rechazados por el fuego de la artillería del reducto Caranta.

Observó el General Gómez que la derecha realista empezaba a flaquear, a pesar de que su izquierda y centro se mantenían fuertes, y en atención a esta apreciación, ordenó que 60 jinetes llamasen la atención de los realistas de la izquierda, por Cazorla, y que 50 hombres atacasen el centro; pero estas acciones no dieron el resultado que se esperaba, como tampoco la carga de caballería que personalmente ejecutó Gómez, pues los realistas formaron una columna compacta, protegida por los obstáculos a su frente. A las 2:30 p.m., se observó una columna realista que subía el cerro Colorado, frente al reducto Libertad, pero comprendió el general Gómez que su objeto no era el de atacar sino el de distraer. Turbado el centro y la izquierda realistas por la muerte de su comandante y por el destrozo que habían sufrido, avanzó el general Gómez con la caballería y así obtuvo algunos éxitos en esa parte de la línea. A las 3 p.m., los realistas que habían ocupado el cerro Colorado bajaron a incorporarse al resto de las tropas de Morillo, pero en el tránsito tuvieron muchas bajas. A partir de ese momento comenzaron los realistas a retirarse, perseguidos por las fuerzas de Francisco Esteban Gómez.

 

Prensa CAVIM