14 DE MARZO 1869 NATALICIO DE FRANCISCO LAZO MARTI

Médico y poeta, nacido y educado en el llano, también centro de su actividad profesional, no resulta sorprendente que el poeta culminante del nativismo criollo haya conseguido una plena identidad con ese paisaje, convertido gracias a su obra, en el espacio simbólico de Venezuela. La importancia histórica y económica que para entonces tenía la ciudad de Calabozo explica también que Lazo Martí haya realizado en ella sus estudios, se haya despertado poeta en la adolescencia y que su formación estuviera cimentada en el conocimiento de los clásicos españoles y los idiomas mediante el influjo de Ángel Moreno y Fernández. Al concluir los estudios de bachillerato, permaneció en Calabozo en donde inició asimismo los de medicina, es decir, preparó las materias para luego rendir exámenes en Caracas. Su arribo a la capital coincide con los últimos años del guzmancismo y con las prédicas positivistas que propagaban desde la universidad los maestros Adolfo Ernst y Rafael Villavicencio. Para el calaboceño, supuso particularmente un choque doctrinal entre el catolicismo hogareño y las enseñanzas contenidas en libros y aulas.

Sus biógrafos argumentan además que la urbe no le resultaba grata. En 1890, una vez graduado, regresa a la provincia y se radica, peregrino, en los llanos centrales: San Fernando de Apure, Puerto Nutrias, Zaraza, El Sombrero, Valle de la Pascua, Calabozo otra vez. Lógicamente, en sus andanzas traba amistad con el también itinerante Lisandro Alvarado. En el periplo ejerce la medicina como apostolado mientras da forma a sus poemas mayores. Apoya la Revolución Legalista de Joaquín Crespo y redacta, en San Fernando de Apure, un periódico llamado El Legalista (1892). Hacia 1897, inicia la redacción de La silva criolla.

En esa misma fecha comienza a colaborar en la revista El Cojo Ilustrado. El fin del siglo XIX coincide con la crisis definitiva del romanticismo poético, el impacto de la novedosa estética modernista, las evasiones parnasianas, así como las tendencias que buscan una salida «autóctona» para la novela incipiente. Todas ellas se cruzan en Lazo Martí y se complican a causa del predominio, en su lírica, de las formas neoclásicas. Lazo Martí se incorporó además a las luchas políticas y guerreras del tránsito venezolano entre los 2 siglos. En 1897 participa en el periódico El Voto Directo, que apoya la candidatura del general Ignacio Andrade.

En 1901, se enrola en las fuerzas de la Revolución Libertadora contra Cipriano Castro. Ese mismo año aparece su obra más famosa La silva criolla que lo consagra como poeta. Su poesía es nativista y no regionalista o localista. A la crítica literaria le tomó varios años aclarar el problema: no es una poesía descriptiva, sino que convierte lo local en un valor simbólico y universal. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 27 de octubre de 1983.

 

 

Prensa CAVIM