NATALICIO DE ALEJANDRO VON HUMBOLDT

Alexander von Humboldt nació en Berlín (Alemania) el 14 de septiembre de 1769 en el seno de una familia de la nobleza prusiana. Fue un geógrafo, naturalista y explorador, especializándose en diversas áreas de la ciencia como fueron la etnografía, antropología, física, geografía, geología, mineralogía, botánica vulcanología y el humanismo. Es considerado el «Padre de la Geografía Moderna Universal».

Se formó intelectualmente en Berlín, Fráncfort del Oder y Gotinga. Durante su adolescencia deseaba dedicarse a la carrera militar, pero su familia lo alejó de esta inclinación. Realizó su primer viaje formativo en la primavera de 1790 y lo llevó a lo largo del río Rin hasta Holanda y de allí a Inglaterra, con lo que empezó a soñar con navegar a otros continentes. El regreso a su país lo hizo en el marco de la Revolución Francesa, lo que contribuyó al fortalecimiento de sus ideas liberales.

En 1793, Humboldt es designado Superintendente de Minas, después de haber estudiado durante dos años en la Academia de Minería de Freiberg. En ese mismo año publica su primer trabajo sobre Flora subterránea. En 1795, colecciona plantas en los Alpes y un año más tarde se retira de la Administración prusiana, al heredar de su madre una fortuna.

Durante el año de 1797 estudia Astronomía con von Zach y Kohler y viaja hacia Francia, deseoso de emplear su herencia en viajes de investigación y publicaciones. En París, conoce a los notables científicos Cuvier, Laplace, Berthollet y Delambre. También hace amistad con un joven y talentoso botánico y cirujano francés: Aimé Bonpland, con quien se asocia en sus planes de viaje.

La historia cuenta que Humboldt y Bonpland, después de ver frustrados varios proyectos, deciden viajar a España en marzo de 1799, con el objeto de pedir permiso al Rey Carlos IV para viajar a las colonias españolas en América. La Corte de Aranjuez le concede a Humboldt un amplio pasaporte y, el 5 de junio de 1799, zarpa del puerto La Coruña (España) la corbeta «Pizarro», llevando a los posteriormente famosos naturalistas.

Ambos recorrieron diez mil kilómetros. La primera etapa del viaje tenía como destino la Isla de Cuba, pero debido a una epidemia a bordo obliga al Capitán de la nave a dirigirse a Cumaná (Venezuela), puerto más cercano en la Tierra Firme, a donde llegan el 16 de julio de 1799. Fascinados por las bellezas de las costas de Venezuela, deciden adentrarse en el país y casi dos meses después de permanecer en Cumaná y sus alrededores.

Tuvieron que luchar contra una naturaleza hostil e hicieron el viaje por el Macizo Oriental en mulas o a pie en condiciones laboriosas, si se toma en cuenta que tenían que colectar y estudiar plantas, animales, rocas y otras muestras, además de transportar pesados y delicados instrumentos de medición.

En Caripe (Estado Monagas-Venezuela), se hospedan en un convento de frailes aragoneses durante una semana y el 28 de septiembre de 1799, exploran la famosa Cueva del Guácharo en 472 metros de profundidad, convirtiéndose así Humboldt en el precurso de la Espeleología Científica de América Latina. También para la Ornitología, Humboldt aporta allí una valiosa contribución, al descubrir un nuevo género y especie de ave: Steatornis caripensis, popularmente llamada «Guácharo». Humboldt hizo excelentes dibujos de este animal al salir de la gruta, utilizando dos guácharos que había matado Bonpland.

La segunda gran travesía partía desde Bogotá hasta Quito por los Andes. Visitó Bogotá con el principal objetivo de entrevistarse con el botánico José Celestino Mutis, lo que le representó tener que remontar el río Magdalena y ascender por los caminos de los Andes.

En Ecuador exploraron varios volcanes, entre ellos el famoso Chimborazo, que en esa época se creía que era el más alto del planeta. Los estudios de Humboldt en Perú sobre el desarrollo de las culturas indígenas y la influencia hispana son de gran valor para la Antropología Cultural.

La Oceanografía Física también se ha visto enriquecida con las observaciones y mediciones que hizo Humboldt sobre las aguas del Océano Pacífico, descubriendo la corriente marina que, posteriormente, fue bautizada con su nombre (Corriente de Humboldt).

El 15 de febrero de 1803, se dirigen por mar hacia Acapulco, México, país que visitaron hasta el 7 de marzo de 1804. En México, Humboldt desplegó una gran actividad y sus principales estudios allí se refieren a la Geopolítica, Antropología General, Cartografía, etc.

Humboldt terminó sus viajes por América con una visita a Estados Unidos, donde fue huésped del presidente Thomas Jefferson, un aficionado de los estudios geográficos, en especial sobre la Nueva España, poco después México, gracias a los cuales Estados Unidos obtuvo información estratégica de la riqueza de su vecino y del estado de debilidad interior que lo aquejaba. Diversas biografías de Humboldt señalan que los servicios del alemán, aportados ingenuamente, fueron cruciales para avivar el deseo norteamericano por apoderarse de los territorios mexicanos, tal y como ocurrió posteriormente.

Humboldt se residenció en París durante poco más de veinte años y allí conoció en 1804 a un joven Simón Bolívar, con quien lo unió una gran amistad, que mantuvo hasta la muerte del Libertador. En 1805 comienza a escribir su obra dedicada a México. A partir de 1807 y hasta 1834 va apareciendo, en treinta volúmenes, su obra relativa al viaje por América. Finalmente, su fortuna desapareció a consecuencias de sus viajes y el financiamiento de sus publicaciones.

En 1827 regresa a Berlín donde el Rey de Prusia lo nombra su consejero. Dicta importantes conferencias, que agrupaban a un público de los más diversos estratos intelectuales, sociales y económicos. Estas conferencias llegaron a ser tan populares que, cada vez, había que buscar salones mayores debido a la cantidad de asistentes.

Trabajó arduamente por la Ciencia durante 70 años y empleó su fortuna personal en sus viajes, publicaciones, y en ayudar a otros científicos jóvenes y de escasos recursos.

El pensamiento de Alejandro de Humboldt también profundizó en los problemas sociales. Su biografía confirma que fue un abierto enemigo de la esclavitud y combatió toda forma de opresión y discriminación. Bolívar solía decir de Humboldt: «Descubridor científico del Nuevo Mundo cuyo estudio ha dado a América algo mejor que todos los Conquistadores juntos».

El 6 de mayo de 1859 muere Humboldt y sus restos fueron sepultados en el panteón de Tegel (Berlín).

Actualmente, diversos países cuentan con asociaciones dedicadas a conservar el medio ambiente, colegios, instituciones que llevan su nombre rindiéndole homenaje al geógrafo y naturalista que tanto aportó “al nuevo mundo”.

 

Prensa CAVIM