El 13 de diciembre de 1842, la Goleta de Guerra Constitución arribó al puerto de La Guaira, tras 23 días de navegación desde Santa Marta, Colombia, los restos del Libertador Simón Bolívar llegaron a Venezuela. Sin embargo, el desembarco de estos se produjo el día 15, mientras se hacían los preparativos para los actos oficiales a llevarse a cabo.
Los honores fúnebres los realizó el padre de la Iglesia San Pedro Apóstol, el día 16 de diciembre, cuando los restos fueron trasladados en hombros por los marineros de la goleta Constitución, escoltados por la Guardia de Honor formada por los alumnos de la Escuela Militar y dos compañías de milicias.
El pueblo del litoral se volcó sobre las calles y la procesión tomó el viejo camino de los españoles en su ruta hacia Caracas, mientras las personas glorificaban al Libertador, estando las casas vestidas con el luto para tal ocasión.
En la entrada de Caracas, el pueblo aguardaba por el Libertador, el cual fue conducido hasta el Templo de la Santísima Trinidad (hoy Panteón Nacional). Esa noche se hizo una vigilia, mientras en los exteriores caía un torrencial aguacero, el cual no inmutó la intención de los presentes de permanecer allí, fieles a su sentimiento patriótico.
Tuvieron que pasar 12 años para que se cumpliera el último deseo del Libertador plasmado en su testamento: “Es mi voluntad que después de mi fallecimiento, mis restos mortales sean depositados en la ciudad de Caracas”.
Prensa CAVIM