05 DE SEPTIEMBRE DÍA MUNDIAL CONTRA EL MIELOMA MÚLTIPLE

El mieloma múltiple es una enfermedad hematológica maligna y crónica caracterizada por una proliferación de células plasmáticas en la médula ósea.

Dichas células producen habitualmente anticuerpos, o fragmentos de anticuerpos, que aparecen en la sangre, en la orina o en ambos lugares, así como otras sustancias que debilitan los huesos.

La célula tumoral predominante es la “célula plasmática” (también denominada “plasmocito”) que muestra características de “proliferación monoclonal”, es decir, que todas las células se parecen una a otra “como gotas de agua” en vez de ser todas ellas un poco diferentes. Ello se debe a que se han originado por mecanismos anormales a partir de la primera célula que enfermó (podríamos decir en lenguaje de la calle que son clónicas y en lenguaje médico se dice de ellas que son “monoclonales”). Además de ser monoclonales, las células crecen de un modo desordenado como corresponde a su naturaleza cancerosa. Cuando crecen poco o nada y no debilitan el hueso el problema es totalmente distinto.

Las células tumorales del mieloma mútiple producen anticuerpos o fragmentos de anticuerpos (denominados “cadenas ligeras”) que se detectan en la sangre o la orina. Habitualmente los anticuerpos están pensados para defendernos de los diferentes tipos de microbios que hay en el ambiente y por esa razón son todos ellos un poco distintos. Cuando proceden de células plasmáticas tumorales enfermas (“monoclonales”) lo que se detecta en la sangre o la orina es también extraordinariamente homogéneo y se denomina “componente monoclonal” (también “proteína monoclonal” o “paraproteína”). Lo más frecuente es que el componente monoclonal sea de los tipos IgG o IgA. Cuando las células plasmáticas segregan sólo cadenas ligeras en el momento del diagnóstico, la enfermedad se denomina “mieloma de cadenas ligeras”. A veces los mielomas IgG o IgA dejan con el tiempo de producir de forma predominante anticuerpos completos y pasan a producir sobre todo cadenas ligeras o sustancias que debilitan los huesos.

Las alteraciones del programa celular que controla el proceso (alteraciones genéticas) influyen en el comportamiento de la enfermedad y en la evolución de la persona enferma. Dichas variaciones afectan a resultados que tienen gran importancia para las decisiones sobre el tratamiento de la enfermedad y que se detectan mediante “estudios genéticos”. El método de análisis genético denominado FISH (siglas inglesas de “hibridación in situ”) permite detectar diversas anomalías en el programa con controla el funcionamiento celular.

Con mucha frecuencia se detectan componentes monoclonales en la sangre de personas de edad avanzada (y con menor frecuencia en jóvenes), sin que ello signifique que padezcan necesariamente un MM. En general se trata de la denominada “gammapatía monoclonal de significado incierto” que no es una enfermedad y en la que aproximadamente sólo una de cada cien personas desarrolla cada año un MM. Su diagnóstico es de exclusión (tras comprobar que no hay datos de mieloma múltiple o de otras enfermedades). En estos casos se recomiendan revisiones elementales periódicas durante toda la vida en las que tanto el médico del hospital como el médico de atención primaria tienen un papel relevante.

Otras enfermedades de la “familia” del MM, pero con características que recomiendan un manejo distinto por parte del médico son la amiloidosis primaria y la macroglobulinemia de Waldenström.

Prensa CAVIM