27 DE JULIO DÍA NACIONAL DEL BIBLIOTECÓLOGO Y ARCHIVÓLOGO

Cada 27 de julio se celebra en Venezuela, la declaración vía decreto presidencial, del “Día Nacional del Bibliotecólogo y del Archivólogo”.

¿Por qué el 27 de julio fue elegido como Día Nacional del Bibliotecólogo en Venezuela? Hay tres acontecimientos clave por los cuales se eligió esta fecha como la más representativa para la profesión.

En primer lugar, el 27 de julio de 1945, día en que algunos señalan ocurrió la muerte de Manuel Segundo Sánchez, considerado el más destacado bibliógrafo venezolano, fue director de la Biblioteca Nacional, miembro de la Academia Nacional de la Historia y autor de la primera Bibliografía venezolana. Aun cuando hay varias fuentes que difieren en este sentido y hablan de su fallecimiento el 22 de junio o de julio de ese año.

El segundo momento, está centrado en la primera promoción de profesionales en las disciplinas de Bibliotecología y Archivología, de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el 27 de julio de 1950. Sobre este acontecimiento hay una anécdota interesante que mostraré en lo sucesivo.

Y, por último, hay un tercer hecho que consolida la idea de utilizar la fecha como día nacional. El 27 de julio de 1977, momento en el que se promulga la Ley del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, con el fin de promover, planificar y coordinar el desarrollo en Venezuela de un Sistema Nacional de Servicios de Bibliotecas e Información Humanística, Científica y Tecnológica, una interesante anécdota acerca de lo ocurrido por allá en 1950, al momento de decidir qué título universitario entregar a los primeros profesionales de los archivos y las bibliotecas. Tomando como fuente directa las actas de la Facultad de Humanidades y Educación (UCV) de la época, Estela, da fe de lo acontecido entre los meses de febrero y julio hace sesenta y tres años.

Todo se inicia con el primer Director de la Escuela de Biblioteconomía, José Fabbiani Ruiz, que en sesión de la Asamblea de Facultad del 4 de febrero de 1950, manifiesta su inquietud con relación al título que debía otorgárseles a los futuros egresados de la escuela y, después de argumentar sobre el punto de discusión, propuso el título de “catalogador bibliotecario”.

Pasaron poco más de cuatro meses, y apenas faltando un mes para la entrega de los títulos respectivos, en Asamblea de Facultad del 26 de junio de ese año, se encontraba nuevamente el profesor Fabbiani Ruíz argumentando: que aún cuando en sesión anterior se había aprobado el título, a los alumnos de dicha Escuela, al Director y a los Profesores de ella, les parecía que el título de “técnico en biblioteconomía” era el indicado. Pues el simple título de “catalogadores” les impediría dirigir cualquier biblioteca, y “se precisaba un título más genérico, que fuese positivo, que fuese promesa y no amenaza”, dice Fabbiani.

Esto desató aparentemente, toda una discusión profunda sobre el asunto. Participan activamente, pidiendo la palabra, los profesores Acosta Saignes, Olivares Figueroa, Oliver, Rosenblat, Granell, el Decano Casanovas y el propio Fabbiani. Finalmente, se proponen varios títulos: “técnico bibliotecario, graduado en técnica bibliotecaria, ayudante de biblioteca, bibliotecario auxiliar, etc.”, además de la propuesta de la Escuela, de “técnicos en biblioteconomía”. Después de algunas deliberaciones se procedió a levantar el acuerdo anterior, en palabras del Decano: “con respecto al susodicho título”. Y se sometieron a votación tres proposiciones diferentes.

Con un total de once votos, de dieciséis posibles, la propuesta de la Escuela de Biblioteconomía logró imponerse sobre las de “bibliotecario auxiliar” y “graduado en técnico bibliotecario”. Fue así como los egresados del 27 de julio de 1950 recibieron sus títulos de Técnicos en Biblioteconomía.

El Viernes 23 de julio de 1982 apareció publicado en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 32.522, el Decreto Presidencial N° 1.564, mediante el cual se declara el día 27 de julio de cada año “Día Nacional del Bibliotecólogo y del Archivólogo”.

Este había sido firmado el día anterior por el mandatario de turno, Presidente de la República Luis Herrera Campins, y refrendado, además, por los Ministros Luciano Valero y Felipe Montilla, de Relaciones Interiores y de Educación, respectivamente. Consta de dos completos considerandos y apenas dos artículos el mencionado decreto.

“Considerando: Que el 27 de julio de 1950, egresó de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, la primera promoción de profesionales en las disciplinas de Bibliotecología y Archivología, la cual lleva el nombre del ilustre bibliógrafo e insigne investigador venezolano Manuel Segundo Sánchez, y que a partir de ese año se ha venido celebrando el 27 de julio como día de estos profesionales”.

Sumado a estos importantes acontecimientos, casualmente o tal vez causalmente, cinco años atrás se había promulgado la Ley que le daba carácter de Instituto Autónomo a la Biblioteca Nacional de Venezuela, también, un 27 de julio.

“Considerando: Que las actividades de los profesionales de Bibliotecología y la Archivología constituyen factores de progreso y desarrollo del país, por cumplir una función de apoyo a la educación, a la investigación y al desarrollo de la ciencia y tecnología, a través de las bibliotecas, archivos y centros de documentación e información, por lo que resulta justo reconocer su función dentro de la sociedad venezolana”.

Es quizás esto último el mayor incentivo que podemos recibir como profesionales en cuanto al contenido de este decreto histórico para los bibliotecólogos y archivólogos venezolanos. Sólo haría falta en estos tiempos mayor apoyo por parte de las instituciones y los medios de comunicación para que el reconocimiento de nuestra función social sea mucho más amplia y efectiva.

Los articulados se refieren, el primero, a la declaratoria del día nacional cada 27 de julio, y el segundo, a la ejecución propiamente del decreto. Así las cosas, a partir de su publicación en la gaceta quedó oficializado el Día del Bibliotecólogo y del Archivólogo.

 

Prensa CAVIM