La carrera militar de José Antonio Páez ha registrado gloriosas hazañas para la Patria. De ellas destaca el brillante triunfo en la Batalla de Mata de la Miel, la noche serena del 16 de febrero de 1816.
El día anterior a la batalla, las tropas patriotas estacionadas en Guasdualito supieron que el enemigo se acercaba, por ello el comandante de los patriotas, el General Joaquín Ricaurte, sostuvo una asamblea con los oficiales para anunciar su decisión de ordenar la retirada de las tropas hasta la Provincia de Casanare.
Páez se negó a cumplir con esta resolución, pues estaba decidido a defender con su espada a los habitantes de Guasdualito. De este modo, con Ricaurte en retirada a Casanare, el aguerrido llanero quedó al mando de 500 jinetes y marchó para encontrarse con el enemigo.
Con la caída del sol, Páez llega a un sitio llamado Mata de la Miel, en donde vislumbró la polvareda que alertaba la cercanía de la tropa española, al mando del Coronel Francisco López, quien contaba con 800 jinetes y 650 infantes. Páez fue advertido por sus oficiales, acerca del peligro de entablar un combate en la noche. Pero nada podía detenerlo, preparó el jefe llanero a sus tropas en dos líneas y dispuso el ataque.
La primera línea atacó y puso en fuga a buena parte de los realistas. Sin embargo, la segunda línea fue rechazada por el enemigo. Páez intervino y arremetió con su caballería en una nueva carga, desplegando su célebre estrategia “Vuelvan Caras”, derrotando así a los jinetes de López, que no pudieron resistir la arremetida de los lanceros.
Con el triunfo en las manos, los jinetes de Páez emprendieron la persecución de los realistas hasta las nueve de la noche. Aunque López pudo huir, 500 de sus hombres quedaron prisioneros y 400 murieron en combate.
Prensa CAVIM