El 30 de enero de 1818, durante la ejecución de la campaña del Centro, en el hato de Cañafístola (Edo. Apure), las fuerzas de Simón Bolívar, llevadas desde Angostura, se reunieron con las del general José Antonio Páez. En horas de la madrugada del 5 de febrero, el Ejército Libertador (algo más de 4.000 efectivos) reanudó la marcha hacia los llanos de Calabozo. El siguiente día, en horas de la mañana, los republicanos llegaron al Paso del Diamante; sitio escogido por el Libertador para el cruce del río Apure.
La operación debía efectuarse en la escuadrilla, mandada por el Teniente de Navío Antonio Díaz quien, procedente de Angostura, debía remontar el Apure con gran parte de los suministros de la campaña; pero estas naves no habían llegado al sitio convenido, y al aguardarlas se ponía en peligro el secreto de la ofensiva y por ende, el éxito de la misma. La situación se hacía conflictiva por cuanto, a corta distancia, se hallaba la plaza de San Fernando, en poder de fuerzas realistas mandadas por el Capitán José María Quero, las cuales podían poner en sobreaviso al General Pablo Morillo. Del otro lado del río Apure, frente a San Fernando, había unas 14 flecheras realistas, débilmente vigiladas.
Esta circunstancia brindó al General José Antonio Páez la oportunidad de ejecutar una acción para capturar aquellas embarcaciones. Para la empresa fueron designados los Tenientes Coroneles José de la Cruz Paredes y Francisco Aramendi con sendas partidas de 25 jinetes cada uno. Desnudos los hombres, sobre sus caballos en pelo, atravesaron el río hacia el apostadero. Después de breve lucha, los republicanos abordaron las flecheras y las condujeron al lugar donde aguardaba Bolívar. Acto seguido, las tropas cruzaron el río y se encaminaron hacia Calabozo.
Prensa CAVIM