Desde el siglo XIX había sido solicitada su construcción porque Caracas necesitaba un observatorio. En 1866, el entonces presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela, Manuel Urbaneja, dirigió un informe al ministro de Instrucción Pública en el que reiteró la importancia de edificar un observatorio para Caracas. Esta sugerencia fue determinante para su posterior fundación.
El Observatorio Astronómico y Meteorológico de Caracas fue creado por decreto del presidente Juan Pablo Rojas Paúl el 8 de septiembre de 1888. Este observatorio se instaló en la “Colina Quintana”, y luego cambió su nombre a “Colina Cajigal”, porque así fue bautizada la institución en honor al reconocido astrónomo y matemático Juan Manuel Cajigal, quien fue el fundador de los estudios matemáticos de Venezuela y de la Academia de Matemáticas durante el primer Gobierno de Páez, en 1830. A la colina también se le conoce como la Colina del Observatorio.
La institución comenzó a funcionar con equipos rudimentarios, un pequeño sismógrafo y un telescopio cedido por Henry Lord Boulton, quien lo había adquirido en la Casa Bardou de Paris.
El primer director del instituto fue Mauricio Buscalioni, italiano entendido en ciencias astronómicas y meteorológicas, quien desempeñó estas funciones hasta 1894 cuando fue sustituido por Luis Ugueto Pérez, ingeniero y astrónomo venezolano, miembro fundador de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Ugueto es recordado por su entusiasmo y consagración a las disciplinas científicas y por su empeño en reorganizar e impulsar proyectos astronómicos en la institución. Durante su gestión se publicaron varios anuarios astronómicos correspondientes a los años 1940 y 1941 y se adquirieron nuevos instrumentos meteorológicos. En esa época no era posible hacer observaciones astronómicas por falta de instrumental.
Luego, durante la gestión del escritor y físico Eduardo Röhl, se emprende la modernización del observatorio. El mayor proyecto de Röhl fue la conversión del Observatorio Cajigal en una referencia obligada en las áreas de Astronomía y Geofísica. Bajo su administración se instalaron los más modernos instrumentos y equipos de la época y permitió impulsar el crecimiento de la institución.
Röhl también se ocupó de la infraestructura y encargó el nuevo edificio a Carlos Guinand Sandoz, uno de los arquitectos más importantes en la Venezuela del siglo XX. Pertenece al grupo de profesionales formados en Europa encargados de modernizar la ciudad de Caracas.
La nueva edificación, culminada en el año 1956, es una clara manifestación de tradiciones palladianas que se expresa a través de su equilibrada composición, por un volumen central a manera de rotonda, y a preceptos compositivos neoclásicos casi de modo doctrinario, todo ello depurado y simplificado de manera sorprendente.
El edificio exhibe un sin número de refinados detalles febrilmente imaginados que, aunque en sí mismos son bastantes elaborados, no llegan a excederse en su rol de acentos ornamentales y decorativos, cosa que ocurre tanto en el interior como en el exterior.
Prensa CAVIM