BATALLA DE NAGUANAGUA

La Batalla de Naguanagua fue un enfrentamiento militar librado en 1822 en el contexto de la Guerra de Independencia de Venezuela, entre las fuerzas realistas y patriotas con victoria de las segundas.

El 30 de julio de 1822, José Antonio Páez abandonaba el asedio de Puerto Cabello con sus 2.000 hombres diezmados por el vómito negro. Los defensores, a las órdenes del capitán general Francisco Tomás Morales, esperaban una expedición peninsular de 1.500 soldados. Por entonces, la mayoría de los ejércitos republicanos estaban concentrados en la provincia de Coro. ​ Páez se reunió con Carlos Soublette en Valencia. Ahí se enteró que los realistas sólo habían recibido de refuerzo a Sebastián de La Calzada y algunos oficiales del Caribe español. ​

Morales decidió avanzar sobre Valencia considerándola indefensa, marchando hasta la cima de un cerro llamado Cumbre de Valencia. El coronel británico George Woodberry salió con medio millar de reclutas de un depósito mientras Páez, que había avanzado hasta El Palito, cerca de Puerto Cabello, retrocedió al pie de la Cumbre para unirse al coronel con el batallón Granaderos y una cincuentena de dragones. ​

A las 07:00 horas del 11, Morales ordenó a sus tropas de línea, flanqueadas por las milicias, cargar hacia abajo sobre el enemigo mientras las dos piezas de artillería descargaban su fuego. ​ El principal combate se dio en el ala derecha republicana, donde 400 cazadores selectos entre todos los cuerpos. En la izquierda, el coronel Juan José Rondón, ​ héroe de las Queseras del Medio y el Pantano de Vargas, ​ estaba al mando de una compañía de granaderos, otra de reclutas y un piquete de dragones, logrando envolver al flanco enemigo. El coronel Manuel Manrique hacia retroceder al ataque en el centro con dos compañías. El teniente coronel José Antonio Mina con un piquete de jinetes y dos compañías salvaron el ala derecha grancolombiana. Cuando los realistas empezaron a retroceder la infantería enemiga los persiguió y respondieron formando un sólido bloque, aunque parte de sus cazadores fueron dispersados. Los monárquicos volvieron a las alturas, donde tenían sólidas posiciones, obligando a Páez a parar su ataque. La batalla había durado cuatro horas. ​

El coronel Rondón fue herido en un tobillo, moriría poco después, el 23 de agosto de gangrena.

Durante los días siguientes, siguieron habiendo escaramuzas, pero Morales se negó a bajar del cerro a pesar de las provocaciones de Páez. Sin embargo, el 14 llegó Soublette con su división desde el oeste y el capitán general decidió retirarse a Puerto Cabello, donde llegaría cuatro días después, abandonando a enfermos y heridos. ​ En esos momentos se decidió atacar Maracaibo, de 24.000 habitantes, ​ él sabía que la ciudad estaba débilmente guarnecida​ y que podía contar con el apoyo de los guajiros, “acérrimos enemigos de la independencia”. ​Debió abandonar la artillería para llegar a su base. ​ El 24 se embarcaba con 1.200 soldados con rumbo al oeste.

Cuando el coronel Juan Tello llegó desde Coro, las tropas realistas en Puerto Cabello alcanzaron los 4.000 a 5.000 hombres, según el historiador monárquico Mariano Torrente.

 

Prensa CAVIM