SE CREA LA BIBLIOTECA NACIONAL DE VENEZUELA

La propuesta de fundar una biblioteca pública en Caracas surgió años antes de la creación de la Biblioteca Nacional. En pleno nacimiento de la república, en 1811, circuló un folleto titulado Pensamiento sobre una Biblioteca Pública en Caracas, firmado por Juan Germán Roscio.

En este folleto, el abogado y político venezolano proponía la creación de una biblioteca que tendría sus puertas abiertas a todos los habitantes de la ciudad. Para su instalación y mantenimiento pedía la contribución de todos los que pudieran hacerlo con la condición de ser reconocidos como “accionistas bibliotecarios” o si donaban una cantidad de dinero mayor “patronos del establecimiento”. La situación política del momento no permitió que este proyecto se llevara a cabo.

Veinte años después Antonio Leocadio Guzmán, por entonces encargado del Ministerio de Interior y Justicia, propone reunir en una sola biblioteca todos los fondos de libros pertenecientes a los conventos y a las oficinas gubernamentales. Siguiendo esta idea en 1833 se emite el decreto de creación de la Biblioteca Nacional.

A pesar de la existencia de este decreto de creación, para 1840 no había sido formalmente fundada la biblioteca por lo que un grupo de jóvenes escritores e intelectuales se unieron para crear la sociedad “El Liceo Venezolano”. Esta asociación puso a disposición del público una colección de libros que reunió con fondos propios.

Sin embargo, la aventura de El Liceo duró poco: la asociación se disolvió en 1844, la biblioteca cerró y todos los libros (se estima que lograron reunir unos 2.000) pasaron a ser propiedad del gobierno.

En enero de 1850 el gobierno de José Tadeo Monagas derogó el decreto de 1833 y promulgó uno nuevo en el que promulga la creación de la Biblioteca Nacional. Esta estaría dirigida por el rectorado de la Universidad Central y la Dirección de Instrucción Pública y tendría su sede en el edificio del antiguo convento de San Francisco, donde también funcionaba la UCV.

Según el decreto de Monagas la colección de la Biblioteca Nacional estaría compuesta por libros provenientes de conventos extinguidos, los libros reunidos por El Liceo y otros cedidos por el gobierno. Además, se estipulaba que los autores y editores del país debían enviar un ejemplar de sus obras a la Biblioteca.

El empresario inglés Edward B. Eastwick estuvo en Caracas en 1864 y dejó testimonio de su visita en su obra Venezuela: or, sketches of life in a South American Republic.

De acuerdo a Eastwick, la Biblioteca Nacional no poseía más de diez mil volúmenes. Eastwick también visitó las instalaciones de la Biblioteca de la Universidad Central y da un estimado del tamaño de la colección de esta por separado, aunque para esta época ambas instituciones funcionaban como una sola.

Así, cuando el Adolfo Ernst estimó en 1872 que la biblioteca poseía “8.798 obras en 19.474 volúmenes” en su Catálogo de la Biblioteca de la Universidad de Caracas este número corresponde en realidad a la colección de ambas bibliotecas.

En 1892 la Biblioteca Nacional es separada la Biblioteca de la UCV. Fue trasladada a una nueva sede ubicada al norte de la Plaza Bolívar en una edificación que se encuentra al lado de lo que hoy es la Gobernación del Distrito Capital.

Permaneció ahí hasta 1910, cuando se abrió un concurso para diseñar una nueva sede para la Biblioteca, que estaría ubicada al lado de la Universidad en la esquina de San Francisco.

Este edificio sería diseñado por el arquitecto Alejandro Chataing, quien también fue el encargado de reformar el Panteón Nacional y la fachada de la Academia Militar en La Planicie así como de la construcción de Villa Zoila y el Teatro Nacional, entre otras obras.

Poco a poco la Biblioteca fue creciendo al incluir importantes fondos documentales a sus depósitos. Gracias a la variedad del material que se fue incorporando a su fondo, se fueron separando las colecciones. Así nacen las colecciones de Hemerografía, de Referencia, de Obras Planas, etc.

Gracias a las gestiones de Virginia Betancourt, la Biblioteca Nacional fue transformada en Instituto Autónomo en 1977. De acuerdo a la página oficial de la Biblioteca Nacional, es en este momento cuando se moderniza la institución y se catalogan sus fondos de acuerdo a normas internacionales.

La creciente colección de la biblioteca puso en evidencia la necesidad de construir una nueva sede que se adecuara a sus nuevos requerimientos. El portal de la Biblioteca señala que para inicios de los años ochenta la colección “se encontraba fragmentada en diversas sedes ubicadas en Las Mercedes, La Trinidad, Parque Central, San Francisco y la vieja pista de patinaje sobre hielo ‘Mucubají’, en las proximidades del Nuevo Circo”.

Es en esta época, más específicamente en 1981, cuando inicia la construcción de una nueva sede de 80 mil metros cuadrados que formaría parte del llamado “Foro Libertador”. Cuatro años después, en 1985, se terminó de construir la infraestructura pero el acondicionamiento de los espacios y la mudanza de las colecciones se hizo de gradualmente y se completó finalmente en 1998.

 

Prensa CAVIM