05 DE JULIO DE 1811 DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE VENEZUELA

     Todo inicia el 19 de abril de 1810, cuando se convoca un Cabildo extraordinario en la ciudad de Caracas como respuesta inmediata a la disolución de la Junta Suprema de España, la renuncia del Rey Fernando VIII, iniciando inadvertidamente con ello la lucha por la Independencia de Venezuela. El movimiento se originó por el rechazo de los caraqueños al nuevo gobernador de la Provincia de Venezuela y Capitán General de Venezuela, Vicente Emparan, quien había sido nombrado por el hermano de Napoleón Bonaparte, José I de España, que se desempeñaba como rey de turno debido al derrocamiento del Rey Español, tras la invasión napoleónica en España.

    La mañana del 5 de julio de 1811, el Presidente del Congreso comunicaba en sesión pública la posición del Ejecutivo, a quien se habían hecho consulta al respecto, el día anterior, a favor de la Independencia. En pocas horas, efectuadas las votaciones y teniendo el presbítero Maya como único opositor, el Supremo Congreso declararía, a las tres horas de la tarde, la absoluta Independencia de Venezuela. El júbilo estalló en las barras, ocupadas no sólo por la Sociedad Patriótica, sino también por el pueblo asistente, “Ya tenemos Patria, ya tenemos Libertad” a los gritos de “Viva la Patria!”, “Viva la Libertad!”. Una manifestación de ciudadanos, a cuya cabeza figuraban Miranda y Francisco Espejo, salió a las calles. Miranda tremolaba en sus manos el pabellón tricolor que en los días siguientes sería adoptado como insignia de la nación.

    En sesión vespertina, el Congreso ordenó redactar el Acta de Independencia de Venezuela, a manos del diputado Juan Germán Roscio y del secretario Francisco Isnardi. Esta fue discutida y aprobada en sesión el día 7, y refrendada por el Ejecutivo el día 8. Entonces comenzó a ser estampada con las firmas de los 41 diputados hasta mediado del mes. El 14 de julio, el Acta se publicó por bando, en medio de una ceremonia en la que izaron la bandera de la Venezuela Independiente, los hijos del prócer José María España, ejecutado por las autoridades monárquicas en el mismo lugar, la Plaza Mayor, 12 años antes.

     El Acta del 5 de julio tiene el valor de una declaración de principios, indiscutibles y perennes, y a la vez de programa político del destino nacional. Ella encierra los fundamentos del proceso independentista de Venezuela iniciando en 1810 y vigente dos siglos después, cuando el pueblo venezolano ha retomado sus riendas y, de frente a las amenazas de los nuevos imperios, sigue dispuesto a jugarse la vida por la causa de su libertad y su felicidad suprema.

Prensa CAVIM