Después de resucitado Jesús, con su Fe predicó el Evangelio, recorrió la Mesopotamia, Libia y Armenia Menor; y con la palabra enfrentó a quienes se oponían: Los Simonianos, los Nicolaitas y los Onósticos hasta lograr su totalidad en el Mundo Cristiano. En su afán de extender la Fe y la palabra de Dios, Judas Tadeo y Simón llegaron a la ciudad de Suayi, donde murieron por sacerdotes paganos. San Judas Tadeo, quien es admirado por sus virtudes: Sabiduría, Firmeza y Benignidad, es conocido por sus devotos como el Patrono de los Casos Difíciles. Protector de los que sufren, los maltratos y/o los que corren grandes riesgos.
San Judas Tadeo, tal como lo hiciera un soldado de Infantería, recorrió leguas de camino a pie, asumiendo riesgos sin más escudo que su propio cuerpo ofreciendo su vida solo por sus convicciones, por su Fe, virtud teologal que le da solidez a su moral, espíritu de lucha y confianza en sí mismo. Impulsándole en busca de un éxito para cumplir su propósito, honra a su Dios a pesar de haber sido objeto de una cruel persecución. Por tal motivo, el Apóstol San Judas Tadeo fue elegido Patrono de la Reina de las Batallas “La Infantería”, el 11 de Abril de 1996.
Oración al Apóstol San Judas Tadeo
Glorioso Apóstol, Mártir y allegado de Jesús, San Judas Tadeo, que habéis difundido la fe en tierras lejanas entre la gente más bárbara y engendrando a Jesucristo pueblos innumerables por la virtud de las palabras divinas, haced, os lo suplico, que desde hoy renuncie yo al hábito del pecado, sea preservado de tentaciones graves, que obtenga siempre vuestro auxilio en los casos desesperados y lleguen por fin a la Patria Celestial, Padre, Hijo y Espíritu Santo. San Judas Tadeo, bienaventurado Apóstol, fiel siervo y amigo de Jesús, se os invoca como el patrono especial de las causas desesperadas, rogad por mí que soy tan miserable a fin de que reciba de lo alto, el consuelo y el auxilio de mis tribulaciones y angustias presentes, y bendiga fielmente a nuestro Dios con vos y todos los elegidos, por los Siglos de los Siglos…
Amen...
Lcdo. Jean C. Pereira
Prensa/CAVIM